Despierto, hoy, con una noticia que me irrita. El conseller de turismo y los tour operadores británicos piden al Gobierno que bajen las tasas aeronáuticas. Hablamos de 3 euros por persona. Estos dicen que tal recorte reactivaria la demanda.
No entiendo como, a estas alturas, aún pensamos en pequeños recortes en el precio para potenciar los paquetes turísticos que tanto se lucha, a la vez, por eliminar. Seguimos las mismas estrategias de hace 15 años. No nos damos cuenta que, quizá, tendríamos que pensar en otras opciones alternativas y a largo plazo. Bajar precios es una solución para hoy, pero no para mañana. Y así funciona este país: pan para hoy, hambre para mañana.
Cada día nos enseñan gráficos en los periódicos de la alta tasa de paro. Y dentro de esta tasa, nos enseñan también el bajo nivel formativo de estos parados. Bajar precios se traducirá en atraer algunos turistas más y eso dará trabajo a una parte de estos parados poco calificados.
A los que nos estamos formando, nos repiten que la solución está en hacer las cosas bién planificadas. Nos enseñan nuevas estrategias y, justamente, no van por el camino de bajar precios. Nos dirigen a conseguir una oferta flexile que se adapte al nuevo perfil del turista. La demanda ha cambiado. Por tanto, la oferta debe cambiar y estudiar las nuevas necesidades de estos nuevos turistas. Hay que enfocar gran parte de nuestra oferta a este nuevo mercado ya que es un segmento que nos aporta un beneficio más óptimo. Esta demanda está compuesto por personas más conscientes, más formadas, más exigentes y con más poder adquisito. Se trata de hacer campañas hacia este grupo y captar esta demanda.
No deberíamos seguir ya más políticas de precios. Pues es una de las cosas en que, hoy en día, no podemos competir. Hay muchos destinos nuevos que compiten con precios mucho más bajos que nosotros. Nuestro objetivo tendría que ir encaminado por otra parte. La solución siempre está relacionada con la calidad.
Tendríamos que seguir luchando por el camino de actualizar nuestra oferta creando así sutiles cambios. Para ello, necesitamos un acuerdo con todos los implicados en la actividad turística. Sería bueno que este papel de coordinar cayera en manos del Conseller, del Gobierno. Pero no, el Gobierno no se atreve a enfrentarse a las gigantes empresas turísticas, pues eso se traduciría en votos negativos para las siguientes elecciones. Y así, no solucionaremos nuestra situación. Sin una apuesta arriesgada por el cambio, no lograremos mejorar la situación turística de Mallorca.
Foto: tonee mnemonix