Fue un día ajetreado. No por exceso de trabajo ni por causa de estrés alguno. Yo quise que así fuera y, así fue. Me levanté tempranito…
Fui al gimnasio. Hace una semana decidí apuntarme a uno y empezar a activar mi cuerpo. Después de buscar por toda la ciudad un gimnasio que reuniera lo que necesito encontré uno en el mall (centro comercial). Es limpio, tiene las máquinas que buscaba, clases y sauna. Parece que elegí el más pijo (cuico) y el más lejano. Pero nada que un colectivo no pueda arreglar. Así empiezo el día ahora: haciendo deporte. Y creo que me sienta de maravilla.
Tan enérgica me encontré al salir que decidí no volver aún a casa. Me paré en la 6 Oriente, es decir, en el centro de la ciudad. Me dirigí al Café al grano, que es el sitio que más me gusta de Talca para comerme un crépe salado con un zumito de frutillas (fresas) y terminar con un rico café. Excelente. Creo que ya me conocen como “la española”, pero no me molesta.
Justo llegar pedí La Tercera (periódico chileno), pues una mujer debe estar informada, o no? Pues confieso que lo primero que leí fue el horóscopo. Me ponía que mi color del día era el lila y que evitara discusiones. Seguí leyendo mientras me traían el juguito. Me llama mucho la atención los “estudios” que publica dicho diario. En este caso, se había hecho un estudio que decía que las mejores horas para que estudien los niños y adolescentes son de las 12:00 a las 16:00. Advertía que los niños antes de éstas horas se duermen en clase y no prestan atención. Yo recuerdo a las 12:00 ya estar muerta de hambre, cosa que me impedía concentrarme. Y después de comer me entraban ganas de pegarme la siesta que tanto honra a mi “país”. Así que yo no entraría en esas estadísticas. Días antes había leido otro estudio sobre el prototipo de hombre que les gusta a las minas (chicas). Por supuesto se trataba de un perfil de hombre malo, despreocupado y egoista. Otra vez hablaban sobre el tipo de mina que gusta a los hombres. El estudio decía que los hombres actuales buscan el perfil de su madre. Sobretodo se refería al nivel de estudios y a la clase social. Recordaban que ahora gustan las minas con gafas para decir que gustan las chicas listas y estudiosas. En fin, que me encantan estos estudios. No sé cuánta base científica deben tener pero lo paso genial leyéndolos.
Me traen el crépe que pedí. Una chica media copuchenta (cotilla) me señala y le dice a su novio: “¿Qué es? Se ve rico…” Las típicas “endivias” de mujer a mujer. Ella tiene un crépe, yo quiero un crépe. Lo mismo ocurre (un poco más exagerado) con la ropa y con las joyas y los complementos. Pero bueno, como soy mujer estoy acostumbrada a que éso ocurra. Se van la mina y el novio. Y entra un hombrecillo, para mi, muy gracioso. Tenía mucha cara de chileno pero se mezclaba con un ligero aire a Chanquete. Llevaba un gorro de mil colores y parece ser que vendía café y/o lana, ya que no alcancé a escuchar toda la conversación. Y por supuesto no me atreví a preguntar. Pero me quedé con su cara pues era una cara amigable, risueña y de buén abuelo.
De repente, vino una mujer directa a mi y me preguntó: “¿Te puedo molestar?”. Es una pregunta más o menos común acá, pero a mi me suena fatal. Nadie antes me había pedido permiso para molestarme. En España la gente molesta (y mucho) pero no pide permiso para hacerlo. La cuestión es que la mujercilla solo quería pedirme el periódico. Me tranquilicé y, sonriendo, le acerqué el diario. Me sonó anecdótica la pregunta.
Finalmente me decidi a pagar y a salir a la calle. Era temprano aún así que paseé por las calles talquinas. Observé mucho ese día. Podríamos decir que estaba receptiva. Descubrí un joven en la calle que vendía perritos. No sé que tan legal fuera éso, pero eran lindos los cachorritos. También presencié a unos carabineros cacheando a una chiquilla. No alcancé a saber de que se trataba.
Pero lo más “emocionante” fue que, al fin, dí mi primer peso al Hogar de Cristo. Resulta que en Chile cuando uno va al supermercado, en la caja siempre le preguntan si da pesos a dicha institución. Normalmente preguntan si das los pesos que faltan para llegar al número redondeado. Me explico, si algo te cuesta 2.357 pesos, te preguntarán si das 3 pesos al Hogar de Cristo, es decir, la diferencia para llegar a 2.360 (número redondo). A mi nunca me lo preguntaban porque siempre pagaba con tarjeta al super. Así que ya pasó mi primera vez. Estuvo bien como experiencia pero a la próxima no lo daré. Me han contado que en ese caso, los cajeros se vuelven locos buscando pesos para el vuelto. Puede ser divertido.
Y eso fue todo. Nada del otro mundo pero especial para mi. Porque no es mi ciudad y siento como, poco a poco, empiezo a quererla. La quiero muy a mi manera pero la quiero.
Muy entretenido leer este post
Saludoss
¿Qué es “Chanquete”?
Chanquete es un personaje de una serie española un poco antigua. Era el típico abuelo con barba blanca, con aires al abuelo de Heidi… y la serie se llamaba “Verano azul”.
😉
Entrete tu día Cata…
Yo trato de escapar del centro de la ciudad, me pone de mal genio… y como conduzco, peor!
Además, de probar café y café… me dí cuenta que era una forma de relajarme prepararlo en casa (de hecho lo muelo yo mismo). He comprado una maquinita (aparte de las dos cafeteras), que hace espuma y los capuccinos me quedan guai! je! choriflay… otra palabra para tu léxico chilensis.
Ahora me entró la curiosidad de hacer cerveza en casa… pero tendré que hacerme el tiempo para experimentar.
Salut!
Paul
Tens un mail!
Una abraçadaaaaaaaaaaa gegant !
Hola. No es que se vayan a volver locos (los cajeros) buscando moneditas de un peso. Sólo van a darte el vuelto con una moneda que redondee la cifra más cercana hacia abajo (en este caso te van a dar 5 pesos de vuelto)
@Paul no importa, esperaremos a que esté lista, jajaja.
хорошая информация