Hubo una flor viva. Llena. Que me abrió los ojos una vez. Al abandonarme, por mera ley de vida, me los cerró de nuevo. Esa flor quedó en mi. Su recuerdo. Y mis decisiones no se deciden sin antes pensar en ella. Ella y yo. Nuestro secreto. A veces te identificas con alguna persona del pasado. Yo tengo claro a quien quiero parecerme. Y por mucho que pasa el tiempo, en silencio casi siempre, la busco. Busco sus pétalos. Su olor. Y recuerdo que su pistilo hizo que hoy esté aquí escribiendo. Toda su corola era blanca, tan perfecta siempre. La personificación del jazmín. Resultó ser la flor más querida de mi jardín. Aún no perdoné. Y ya quiero descansar de mis errores. Sólo vivir. Y en paz.
Oda a las flores
29
Feb
Hola, acabe por causalidad en este blog y queria darte mi enhorabuena por este espacio en el que expresas tus ideas de manera magistral. Un saludo de otro mallorquin, i continua defensant ses teves idees!
Gràcies Jose!