A veces basta una pesadilla para alegrarme el día confirmando que no es cierta. Todos soñamos, alguna vez, cosas horribles. Y me tocó, hoy a mi, pasar por eso. Me doi cuenta de que siempre pueden estar peor las cosas de lo que están ahora mismo. A veces pienso que los sueños pueden ser pequeñas advertencias inconscientes. Los sueños, a menudo, me enseñan cosas que no quiero o no puedo ver cuando tengo los ojos abiertos. Eso es lo que me pasó esta noche.
Quizás el ser capaz de prever las desgracias, hace que se valore más lo bueno de este presente. Te obliga a tener que disfrutar de lo que hay ahora. Tampoco es un argumento muy valiente el que estoy dando, es posiblemente miedo a lo que vendrá. Supongo que se trata un poco de ese utópico Carpe Diem, del que se presume pero cuesta aplicarlo 100%.
Una vez me dijeron que solo podemos soñar con personas que hayamos visto, al menos, una vez. No sabemos inventar caras que no hayamos visto anteriormente. Es entretenido eso de los sueños. Yo creo que esas visualizaciones, casi siempre, nocturnas tienen algo de real. Casi creo que són cosas que no nos atrevemos a pensar de forma consciente y que sólo pueden salir cuando no hacemos nada más que dormir. Tengo pendiente por ahí leerme algo de Freud para completar mi teoría y poder hablar de este tema con más autoridad. Por el momento me quedo pensando en ello. Me quedo soñando un poco más.
Foto: thejbird