Buenos días, princesa

30 Jun

Estoy en crisis. Por primera vez, y creo que no será la última, me pesan los años. Estos 25 me han caído pesaditos. Se me empieza a tratar como adulta (eso me asusta y aún no sé si me gusta).

Para empezar me tocó hacer la declaración de la renta. Éso implica ser mayor, no? Por suerte, aún no llego a la edad en que te hacen pagar. De momento, como buena mileurista sin casa y sin nada, me devuelven algo de dinero. Cosa que agradezco y me hará muy feliz cuando, al fin, lo cobre. Pues es mi derecho. Sí, empiezo a tener derechos y, por supuesto, obligaciones. Me asustan esas palabras.

Descubrí también lo que son las “patas de gallo”. Nada que ver con el animal que hace “quiquiriquí”. Arrugas que hay que empezar a tratar. Mi cuerpo está cambiando. Ya aprendí también qué son las “cartucheras”. Entendí, de una vez, la importancia de hacer deporte y cuidarse. Empiezo a entender esa expresión a la que nunca daba importancia: los años pasan factura.

Ya he terminado mis estudios. Y ahora empiezo a tener ganas de estudiar. Ahora, justamente, tengo la curiosidad que me faltaba. Ahora me vería capaz de participar en clase. Sería capaz de empezar a perder mi vergüenza. Ahora hablaría al profesor de tú a tú. Le haría preguntas sin miedo (o con menos miedo) al ridículo.

Justo este último año he empezado a arrepentirme de cosas. Eso creo que también significa hacerse mayor. Me arrepiento de haber abandonado mis lecciones de piano. Sería tan lindo seguir aprendiendo y juntando notas. Formando acordes. Me arrepentí de no haber estudiado algo vocacional. Algo que me motivase tanto que estudiar fuera un placer. Me arrepiento de no haberme dedicado el tiempo necesario para saber qué quería hacer con mi vida. No sabía lo que estaba decidiendo. No fui madura. Me arrepiento de no haber leído mucho más antes. Me arrepiento de las secuelas que tengo, pero trato de ser lo más consecuente que puedo.

Por colmo, estaba el otro día comentando con mi novio la posibilidad de algún día (sonaba lejano) viajar con el inter.rail ( o eurail para los no europeos). Y nos percatamos de que en unos meses, es decir, cuando cumplamos los 26, ya no seremos considerados “jóvenes”. Sino adultos. Es tan seca esa palabra (y tan cara si quieres viajar en esos trenes…). Así que decidimos que no nos queda otra que viajar pronto. Él no creo que consiga viajar como joven (nunca más) ya que en muy poco cumple los 26. Yo quizá estaré a tiempo…

Algo que también hace volver viejo es que tu teórico país gane la Eurocopa. Un acontecimiento como este puede que no lo vuelva a ver. Y así sucesivamente. Me carga usar la palabra “nunca”. De hecho, la pronuncio mucho menos ya que se me aparece demasiado.

Estoy en esa edad donde te pones en el lugar de tus padres y piensas lo que ellos tenían/eran a mi edad. Odiosas comparaciones e inútiles. Pero inevitable para ambos, padre e hijo. Es la edad donde todo el mundo se casa. Tienen hijos. Primeros trabajos importantes. Decisiones, casi, irreversibles.

Empiezo a ver peligros antes inexistentes. Aumentan mis preocupaciones. Y la conciencia, a veces, me ahoga. Me pienso más las cosas aunque,no siempre, lo parezca.

En verdad, me siento como esos mails cadena (que odio) de “los que nacieron en los ’80”. Me dá pena. Me aterroriza hacerme mayor. Y no quiero llegar a ser como esas mujeres que “nunca” aceptan su edad y fingen tener 20 años. Quiero aprender a crecer. Para ello me falta paciencia y madurez, cosa que también me encantaría adquirir. Y a menudo me dicen que eso con el tiempo se pierde. No se gana. Así que “a los del ’83”: bienvenidos a los 25.

4 thoughts on “Buenos días, princesa

  1. Tien más d epositivo que de negativo. Lo mejor es la seguridad que adquieres, el poder hablar, de tú a tú con los que antes eran autoridades para nosotr@s. Felicidades y ánimo que todavía estás a tiempod e retomar lo que abandonaste.

  2. Cata;
    te leo y me pregunto… ¿Cuando me irá a pasar eso que sientes ahora? 😉
    Porque este año cumplo 20 más que tú… y para mí es uno menos, uno menos para ser un Dios. Existe gente que ve (kliché válido en este momento) el vaso medio vacío, pero la gracia es verlo medio lleno.
    En suma, para mí, tienes un año menos, un año menos para ser una Diosa…

    Salut!

    Pau

  3. Gracias por los ánimos. Ya lo llevo mucho mejor. Me he hecho amiga del deporte y me inyecté un poco de positivismo. Pronto ya veré el vaso medio lleno 😉

  4. Me gusta mucho como escribes y no dejo de sentirme identificado con este post, es dificil pasar a ser adulto. Tambien soy del 83. Saludos.

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