Empieza el verano y empiezan las fiestas de los pueblos, las berbenas y las ferias artesanales. Sale el sol y a las chicas nos apetece ponernos bonitos vestidos con adecuados complementos. Ahí es dónde yo pongo mi granito de arena: confecciono complementos y los llevo a vender.
Este año con eso de la crisis no he podido meterme en una gran inversión. Así que me he dedicado a buscar materiales económicos y, con ellos, hacer originales diseños. El material que predomina ahora en mis creaciones es el fieltro. El fieltro que uso es una conglomeración de lana y es perfecto para diseñar joyas juveniles, coloridas, cómodas y económicas. Me gusta trabajar con este material pues es muy agradecido y llama la atención. Además, no pesa nada con lo que uno puede llevar colgado un collar sin acordarse de que lo lleva. Es la novedad que aporto este verano, es el collar “anticrisis”, el collar de las tres bes.
Me he estrenado en las fiestas de Sa Cabaneta, localidad que pertenece a Marratxí. Desde el viernes estoy iendo a la feria de Sant Marçal y no estoy teniendo malos resultados. A la gente le gusta mi parada, le llama la atención y siente la necesidad de tocar el color. Pues podría asegurar de que mi parada se trata de la más colorida en toda la plaza.
Eso sí, són muchas horas las que paso ahí, con lo que no puedo evitar observar todo tipo de cosas, especialmente, el comportamiento de la gente que pasea. He observado varios perfiles y me he centrado en tres: la pareja, la mamá con niños y la chica “fashion victim”.
La pareja consiste en un hombre y una mujer (o chico y chica) que pasean de la mano chiringuito tras chiringuito. La mujer es la que mantiene el cuerpo dirección al mostrador, mientras el hombre “estira” sutilmente hacia la otra parte intentando que la mujer no se acerque mucho a lo que puede que sea su debilidad. Són como dos polos opuestos, cada uno tira hacia direcciones opuestas. En el caso de que el hombre ceda y la mujer logre el objetivo (llegar a la orilla de la parada) la mujer mira tímidamente y detalladamente todos lso complementos hasta que encuentra uno. Yo le digo que se lo puede probar sin ningún problema. Ella se lo prueba y le pide opinión a su pareja. Lo normal es que el hombre suelte uno de estos comentarios (són muy poco originales): “tienes mil collares en casa que no te pones”, “ni fu ni fa”, o se pone cariñoso de repente con lo que despista a la mujer que se queda sorprendida del exceso de cariñosidad, con lo que olvida el collar que tiene entre sus manos, lo abraza y se van.
La mamá que anda paseando con niños, suele ser ya una mujer más centrada y con cara de “experiencia”. Si anduviese sola podría pasar por “fashion victim” pero los niños delatan que es una madre. Con eso está obligada a cuidar de sus criaturas y no poner ninguna prioridad ni caprichio por delante. Además no le queda tiempo para pensar qué le gustaría comprar, pues el niño no para de insistir que quiere un helado o cualquier juguete que se vende por ahí. La madre se estresa pues el niño se pone nervioso e inquieto. La madre le repite “no toques!” y al ver que el niño ya está rebentado de ver collares, decide seguir el paseo sin más. Mi consejo para las madres es que vayan solas de compras. Después de todo, la opinión de su pareja no sirve mucho y la compañía de los niños “molesta” en este tipo de casos.
Para terminar está el perfil “fashion victim”. Són las chicas más cools del pueblo. Les gusta ir a la última y cualquier cosa que sea única en el mundo la quieren para ellas. Justamente lo que yo hago es único, pues no tengo ningún collar ni pendiente ni pulsera igual a otra. Y eso les gusta. No siempre les basta el presupuesto con lo que si puedo las ayudo ya que són muy agradecidas y se van sonriendo una vez han comprado. Són chicas que buscan consejo y les encanta que les diga que se ven bién. Aceptan piropos y cualquier cumplido sin ningún problema.
En definitiva, una siempre puede encontrar escusas para no comprarse un detalle para sí misma. Puede faltar tiempo o humor. Pero también es fácil encontrar un motivo para “justificar” la compra. Siempre hay algo por lo cual merecemos un regalito que nos haga vernos más bonitas. Pues los complementos hacen cambiar el modelo y nos hacen más distinguidas. Así que, chicas, animaros y mimaros. Os espero!
Foto: Lucy Nieto