Estamos en obras, en reparaciones y nadando entre presupuestos. Hacer una casa no es fácil y me atrevo a decir que repararla es menos fácil aún. No se trata de empezar de cero sinó de elegir qué cosas dejar y que cosas derrumbar. Y no siempre se puede elegir ya que existen paredes intocables y vigas colocadas tan estratégicamente que si la quitásemos, caería todo.
Nuestro hogar empieza a tener forma. Entre polvo y cajas se empieza a deducir cómo quedará cuando esté, realmente, terminado. Ha cambiado mi punto de vista. Ya no salgo por Palma a mirar ropa ni complementos. Ahora miro muebles, lámparas, baldosas, duchas, cocinas, baños, etc. Por todo dónde voy me fijo en esos detalles que antes eran invisibles para mi. Ya no paso tan rápido las páginas de decoración de las revistas.
No es fácil decidir y, seamos sinceros, no es fácil tomar decisiones de a dos. Cada uno tiene su opinión, sus prioridades, sus necesidades y sus colores ideales para las paredes del comedor. A menudo tenemos conceptos diferentes de lo que cada uno quiere para vivir, pero de momento vamos logrando ponernos de acuerdo. Siempre hemos tenido en cuenta que uno de los dos, en algún momento, debe ceder. No basta con imponer lo que uno quiere. Hay que escuchar al otro, tener una buena actitud, dar buenos argumentos y negociar lo mejor para ambos. Como ya dije, no es fácil pero uno se queda satisfecho al convencer o ser convencido de la mejor opción.
Por ahora, tenemos cama y mesas para el estudio. Tenemos armarios, mesa de comedor y sillas. Ya hemos pasado por el camino de la elección de las lámparas y… hemos sobrevivido. La cocina está casi lista pendiente de poner el termo y la campana. Los baños están completos. Nos quedan unas cuantas pasadas de mortero de cal y pintura al comedor y recibidor de la casa, comprar cuatro cosas marcadas en nuestra lista de “cosas por hacer no demasiado urgentes” que són sofá, televisión, y varios utensilios culinarios.
En definitiva, que me estoy convirtiendo en una experta en decoración a precio asequible. Estoy exprimiendo mi creatividad y tratando de ser lo más eficiente posible. Estoy consiguiendo conjugar lo clásico con lo moderno. Tratando de plasmar “lo que ahora se lleva” en una casa de cién años de edad. Espero pronto poder inaugurar, por fin, nuestra “nueva” casita.
Qué rica etapa están viviendo!