See you

Volví. Volví a Chile. Y descubrí que llegó el invierno, el invierno de verdad. Hace mucho frío. Me voy 15 días y me encuentro con lluvia e inundaciones. El sol ya se fue y dio entrada a las nubes. Habrá que abrigarse y tomar más vino y pisco para entrar en calor. Empezaron ya algunas despedidas. Es lo que más odio de estos largos viajes: despedirme. Nunca me acostumbro a las despedidas. Quizás sería bueno tomar clases de “cómo despedirse”, pues no es fácil y me tocará despedir a muchas personas en la vida. Lo único que me ayuda es pensar en el reencuentro. Así que, una vez más, no pierdo la esperanza. De momento, éso me funciona.

Regreso feliz de mi viaje. Contenta de haber podido estar con mi familia y encantada de cómo me trataron. Lo pasé bárbaro! Tuve tiempo de todo. Visité la capital y paseé, creo, que por toda La Plata. De noche y de día. Conocí gente nueva. Primos nuevos, recién nacidos. Como siempre digo, fui tratada como una reina. Así siempre me quedan ganas de volver. Pero quizás esta vez les toque a ellos venirme a ver. En el aire queda.

No me pregunten si me gusta más Chile o Argentina porque es pregunta típica y no tengo respuesta. Me dividí. De Chile elijo a mi pololo. También me quedo con el vino y el salmón de acá. Pero también me llevo a todos mis primos argentinos en el corazón. Y el dulce de leche también, con alfajores, con tortas, con tostadas, con todo! Espero , pronto, poder conocer más de los dos países. No me canso de conocer y experimentar. Ya os avisaré de mi próximo destino. De momento, me toca centrarme acá. Se acercan decisiones. Y necesito sentirme completa y segura. Gracias por estos días, aquí y allá.