¿Qué seremos de mayores los que hemos estudiado turismo? Ésta es la pregunta eterna. La mayoría de los que terminan la carrera de turismo no saben hacia dónde dirigirse para buscar trabajo. No existe un puesto concreto para el diplomado en tal materia. Por tanto, el que termina dicha carrera, sale de la universidad con un enorme interrogante.
La sociedad, la empresa privada y el sector público no son, todavía, capaces de valorar el hecho de que existen jóvenes interesados por estudiar el fenómeno que más fuentes de ingresos genera en las Islas Baleares. Digo que no son capaces porque apuestan poco por nosotros y permiten que jóvenes formados aburran el turismo.
Por otra parte, está la universidad. Ésta no se salva. La mayoría de alumnos que llegan a esta carrera empiezan sin saber qué van a estudiar. Desde mi punto de vista, los responsables de la carrera tampoco saben qué saldrá de ahí. Pareciera que la carrera sigue en versión beta y el problema es que lleva años en ese estado. No se adapta a los cambios y no progresa (adecuadamente).
Algunos de los que hemos estudiado los 3 años de diplomatura, nos hemos quedado con ganas de más y estamos hoy realizando estudios de posgrado para profundizar más en el tema. Nos exigen ser críticos, pues lo que estudiamos aún no está consolidado. La literatura se está elaborando y,nosotros, ayudamos a elaborarla.
Y es que no es fácil, aunque otros crean que sí, estudiar aspectos turísticos. No es fácil conocer, jugar y negociar con el ocio de la gente. Justamente de ésto es de lo que se trata: gestionar el ocio de la gente. ¿Cómo poner precio al ocio? ¿Y a los servicios que lo generan? Este ocio depende de muchas variables y eso nos obliga a tener que adquirir la capacidad de aplicar. En el turismo se aplican aspectos muy variados. Hay que tener en cuenta a la sociedad residente, hay que cuidar el entorno ya que éste forma parte del servicio que se ofrece, etc…
Muchos creen que el turismo debería ser eso, aplicaciones de otras materias. Y lo es, pero se tendría que normalizar la esencia propia de este campo. Me refiero a que, al haber tanta aplicación, se corre el peligro de no asignar a dicho término una función concreta. Sería bueno partir del vocablo turismo como ciencia. Insisto, muchos no parten por ahí.
La verdad es que el máster me está ayudando a ver las cosas diferentes. Me está motivando y obligando a ser crítica y objetiva en un mundo lleno de subjetividades, como es el turismo.
Foto: Caro Spark